Cocaína. Esta es la droga que ha originado que en los últimos 15 años el fenómeno de la narcodeforestación produzca la pérdida de entre 15 % a 30 % de la cobertura boscosa en Guatemala, Honduras y Nicaragua. La investigación logró calcular que desde el 2001 hasta mediados del 2014 en los tres países citados se han deforestado más de 400 000 hectáreas de bosques. La deforestación es causada por actividades productivas financiadas con el lavado de dinero del narcotráfico.
En menor medida, la narcodeforestación también ha afectado otros países como El Salvador, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Jamaica, de acuerdo al estudio titulado “Un análisis espacio-temporal de las pérdidas forestales relacionadas con el tráfico de cocaína en Centroamérica”, elaborado por especialistas de diversas universidades de Estados Unidos.
Mongabay Latam se comunicó con el ecologista espacial del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS por su sigla en inglés), Steven E. Sesnie, quien lideró el estudio sobre narcodeforestación. “En total calculamos que había alrededor de 5 millones de acres (2 023 000 hectáreas aprox.) de bosque deforestado en los tres países, que es aproximadamente el tamaño del Estado de Massachusetts en los EE.UU. De esa cantidad, se estima que aproximadamente 1 millón de acres (404 600 hectáreas aprox.) son producto de la deforestación del tráfico de drogas, aproximadamente el tamaño del estado de Delaware en los EE.UU.”, manifiesta.
Cobertura total de bosques en América Central. Fuente: Un análisis espacio-temporal de las pérdidas forestales relacionadas con el tráfico de cocaína en Centroamérica.
El color rojo es el área deforestada en América Central. Foto: Web de University of Maryland Global Forest Change.
Por su parte, el geógrafo David Wrathall de la Universidad Estatal de Oregón —coautor de la investigación— y su equipo calcularon la tasa de deforestación y su relación con las rutas de la cocaína gracias a un enfoque cartográfico que detalla la pérdida de bosque espacial y temporal. “Es el primer análisis a gran escala del papel potencial del narcotráfico en el cambio de la cobertura forestal”, enfatizó Wrathall.
Lo más alarmante de los resultados es que del total de bosques deforestados por el narcotráfico entre el 2001 y el 2014, entre un 30 % a 60 % ocurre dentro de áreas protegidas. Por eso la narcodeforestación amenaza directamente los esfuerzos de conservación que quieren mantener sumideros de carbono forestal para mitigar el cambio climático, los servicios ecológicos y los medios de subsistencia para las comunidades rurales e indígenas, puntualiza el estudio.
A diferencia de lo que ocurre en otros países como Perú, Bolivia y Colombia, donde la deforestación está asociada al cultivo ilegal de hoja de coca, en Centroamérica la pérdida de bosques se produce debido a las actividades productivas financiadas con las ganancias ilegales del tráfico de cocaína. “Los narcotraficantes lavan el dinero invirtiendo en numerosos negocios que aparentemente son legales para desaparecer el origen criminal. Así se ha dado desde comienzos del siglo XXI en Centroamérica”, sostiene Wrathall.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), desde el 2000, debido a la presión de organismos estadounidenses contra el tráfico de droga en México y el Caribe, los narcotraficantes empezaron a trasladarse a Centroamérica. En búsqueda de nuevos mercados libres de presión policial, los empresarios de la droga invirtieron en negocios relacionados al cambio de uso de suelo agrícola en tierras centroamericanas, como las plantaciones agroindustriales de la palma africana, la ganadería extensiva y la tala de madera, de acuerdo a la investigación. También se utilizó el dinero de la droga en minería, en la construcción de pistas de aterrizaje clandestinas, carreteras ilegales, viviendas e infraestructura turística, como se detalla en el ensayo científico.
“Imagina la nube de dióxido de carbono de todo el bosque en llamas por su quema. El cambio más explosivo en el uso de la tierra ocurrió en áreas donde la propiedad de la tierra no está clara como son las zonas boscosas remotas de Honduras, Guatemala y Nicaragua, donde la cuestión de quién posee la tierra es confusa”, dice el geógrafo Wrathall.
Gráfico que mide los niveles de movimiento de la cocaína desde América del Sur hacia los principales destinos como México, El Caribe y países de América Central. Centroamérica tiene el nivel más alto. Fuente: Un análisis espacio-temporal de las pérdidas forestales relacionadas con el tráfico de cocaína en Centroamérica.
En menor medida, la narcodeforestación también ha afectado otros países como El Salvador, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Jamaica, de acuerdo al estudio titulado “Un análisis espacio-temporal de las pérdidas forestales relacionadas con el tráfico de cocaína en Centroamérica”, elaborado por especialistas de diversas universidades de Estados Unidos.
Mongabay Latam se comunicó con el ecologista espacial del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS por su sigla en inglés), Steven E. Sesnie, quien lideró el estudio sobre narcodeforestación. “En total calculamos que había alrededor de 5 millones de acres (2 023 000 hectáreas aprox.) de bosque deforestado en los tres países, que es aproximadamente el tamaño del Estado de Massachusetts en los EE.UU. De esa cantidad, se estima que aproximadamente 1 millón de acres (404 600 hectáreas aprox.) son producto de la deforestación del tráfico de drogas, aproximadamente el tamaño del estado de Delaware en los EE.UU.”, manifiesta.
Cobertura total de bosques en América Central. Fuente: Un análisis espacio-temporal de las pérdidas forestales relacionadas con el tráfico de cocaína en Centroamérica.
El color rojo es el área deforestada en América Central. Foto: Web de University of Maryland Global Forest Change.
Por su parte, el geógrafo David Wrathall de la Universidad Estatal de Oregón —coautor de la investigación— y su equipo calcularon la tasa de deforestación y su relación con las rutas de la cocaína gracias a un enfoque cartográfico que detalla la pérdida de bosque espacial y temporal. “Es el primer análisis a gran escala del papel potencial del narcotráfico en el cambio de la cobertura forestal”, enfatizó Wrathall.
Lo más alarmante de los resultados es que del total de bosques deforestados por el narcotráfico entre el 2001 y el 2014, entre un 30 % a 60 % ocurre dentro de áreas protegidas. Por eso la narcodeforestación amenaza directamente los esfuerzos de conservación que quieren mantener sumideros de carbono forestal para mitigar el cambio climático, los servicios ecológicos y los medios de subsistencia para las comunidades rurales e indígenas, puntualiza el estudio.
A diferencia de lo que ocurre en otros países como Perú, Bolivia y Colombia, donde la deforestación está asociada al cultivo ilegal de hoja de coca, en Centroamérica la pérdida de bosques se produce debido a las actividades productivas financiadas con las ganancias ilegales del tráfico de cocaína. “Los narcotraficantes lavan el dinero invirtiendo en numerosos negocios que aparentemente son legales para desaparecer el origen criminal. Así se ha dado desde comienzos del siglo XXI en Centroamérica”, sostiene Wrathall.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), desde el 2000, debido a la presión de organismos estadounidenses contra el tráfico de droga en México y el Caribe, los narcotraficantes empezaron a trasladarse a Centroamérica. En búsqueda de nuevos mercados libres de presión policial, los empresarios de la droga invirtieron en negocios relacionados al cambio de uso de suelo agrícola en tierras centroamericanas, como las plantaciones agroindustriales de la palma africana, la ganadería extensiva y la tala de madera, de acuerdo a la investigación. También se utilizó el dinero de la droga en minería, en la construcción de pistas de aterrizaje clandestinas, carreteras ilegales, viviendas e infraestructura turística, como se detalla en el ensayo científico.
“Imagina la nube de dióxido de carbono de todo el bosque en llamas por su quema. El cambio más explosivo en el uso de la tierra ocurrió en áreas donde la propiedad de la tierra no está clara como son las zonas boscosas remotas de Honduras, Guatemala y Nicaragua, donde la cuestión de quién posee la tierra es confusa”, dice el geógrafo Wrathall.
Gráfico que mide los niveles de movimiento de la cocaína desde América del Sur hacia los principales destinos como México, El Caribe y países de América Central. Centroamérica tiene el nivel más alto. Fuente: Un análisis espacio-temporal de las pérdidas forestales relacionadas con el tráfico de cocaína en Centroamérica.
NARCODEFORESTACIÓN - los Narcos estan acabando con las selvas deforestación en costa rica | |
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Entertainment | Upload TimePublished on 10 Jul 2017 |
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